Antología de poesía de 1980. Incluye poema manuscrito que Jorge Guillén compuso para la revista.
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Escritor
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Literatura de buen gusto, ilustraciones de primerísima categoría, gastronomía y arte en suma, un tótem, un menú de metáfora y nombre propio, una lectura que al cabo derivará en permanente relectura. Rafael Benítez Toledano y Pepe Yáñez han escrito y dibujado indistintamente -poeta el primero y pintor el segundo- la sabrosura del más talentoso homenaje: el que recibe el mejillón en estas rítmicas/líricas maneras de cocinarlo/elaborarlo. las páginas de Mejillones del parnaso nos sirven –en plato de porcelana con ribetes de oro- el ingenio de la poesía mejor ilustrada.
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Los epitafios de Rafael Benítez Toledano son una muestra de su autenticidad, de ese retrato constante de este poeta: la bohemia, la frivolidad simulada, la indiferencia creada, la emoción en el verso, la displicencia buscada, el buen humor, la métrica exacta, el ritmo como medio, la indolencia como artificio. Dedica sus epitafios a personas relevantes o conocidas (vivas), a la ciudad, a la realidad que la rodea.
Mi nuevo cuaderno es un homenaje de amistad y admiración a la pintura de Pepe José Basto. Aunque, por mi terca y habitual brevedad, no lo parezca, es fruto de muchísimas horas de paseo por nuestras viñas y campos. Rara vez el trabajo, el cansancio y el sudor fue asunto tan placentero y agradecido; en contadas ocasiones pasan volando tantas horas en compañía silenciosa, con las palabras justas y precisas.
ANTES DEL VINO, sí, por dos razones obvias: la primera porque tanto Pepe como yo acariciamos un paisaje que más tarde-perfumado de sombra y madera, de tiempo y silencio- se hará vino. La segunda, aún más obvia, porque el pintor y el poeta remataron todas sus andanzas con un vaso-varios- de mosto en el Cerro del Arte, la Polila, Carrandana, La Blanquita...donde la buena sed y el cansancio nos llevaran.